El mundo de los sonidos me parece fascinante. Todo lo que existe tiene vibración, hasta nuestro propio cuerpo, nuestros órganos internos.

Seguramente si tuviéramos la capacidad de escuchar un rango mayor de frecuencias a las que nuestro oído tiene alcance, podríamos percibir hermosas armonías entre el fluir de la sangre y el latido del corazón, entre cada músculo, cada función vital, entre las conexiones neuronales.

También podríamos darnos cuenta del momento en que entramos en desarmonía, cuando y que se manifiesta en enfermedad física o en sensaciones emocionales que nos roban la paz.

Desde hace más de 20 años la música ha sido y es un pilar muy importante de mi vida y he descubierto que existe un vasto mundo más allá de ella que se centra en el sonido puro, en su vibración y que este tiene una influencia muy profunda en nuestros estados físicos, emocionales y psicológicos.

Dentro de las búsquedas de cómo es que esto funciona, decidí estudiar un diplomado en Terapia del Sonido en el Centro Mundial de Edición Mental, CMEM, en Barcelona, avalado por la Asociación Internacional de Terapia del Sonido.

Certificado que me acredita como Terapeuta del Sonido por la Escuela de Edición Mental de Barcelona.

Pero, ¿qué es la terapia del sonido?

La terapia del sonido se basa en el principio de resonancia por el cual una vibración más fuerte y saludable contagia a una más débil, disonante o no saludable. Un  terapeuta del Sonido crea frecuencias de sonidos para sincronizar con las ondas cerebrales. De esta manera induce al cerebro a producir una red de conexiones neuronales nueva y saludable.

Actualmente hay estudios científicos muy serios que han podido medir la frecuencia de onda de los diferentes estados cerebrales. Existen software que emplean la tecnología del sonido para crear audios que ayudan al cerebro a sincronizar con las diferentes ondas cerebrales. Esto según la Escuela de Edición Mental.

En esta formación, pude entender de qué manera se pueden crear sonidos especialmente diseñados para las personas que desean trabajar aspectos específicos como la depresión, el insomnio, fortalecer su capacidad de concentración, la creatividad, llegar a estados más satisfactorios y de bienestar.

Los sonidos se miden a partir de la longitud de onda en su velocidad y alcance en el espacio. A esto se le llama frecuencia y la medida son los Hertz. Determinadas medidas producen efectos específicos, por ejemplo, 120 Hertz ayudan a superar la fatiga. 95 Hertz ayudan a superar el dolor. 440 Hertz ayudan a fortalecer la vitalidad, el equilibrio y la estabilidad.

Pero todo no queda simplemente allí. El funcionamiento del cerebro es maravilloso, para la terapia se crea un tratamiento de dos sonidos estéreo porque el cerebro es capaz de fabricar una especie de tercer sonido.

¿Cómo funciona?

Por ejemplo, si deseamos crear un tratamiento de 120 Hertz, lo que haríamos sería hacer un sonido de longitud de onda de 60 Hertz para el oído izquierdo y 60 Hertz para el oído derecho. Al momento en que la persona lo escucha con audífonos, su cerebro automáticamente buscará el equilibrio, ¡haciendo él mismo la suma de ambos sonidos para ajustarse a los 120 Hertz! Esto es increíble y a esto se le ha denominado terapia con sonidos binaurales.

Como la sensación de las ondas en estado puro a veces resulta un poco incómodo, en el tratamiento introducimos sonidos agradables como de la naturaleza: la lluvia, las olas del mar, el canto de pájaros o cierto tipo de música complementaria. Esto hace que sea mucho más placentero.

Según lo que las personas deseen profundizar, propongo un plan de trabajo especialmente diseñado para el caso en el que se escucha el sonido creado diariamente durante un período determinado de tiempo y vamos avanzando en una etapa, dura más o menos un mes o mes y medio, posterior a la cual evaluamos el resultado y determinamos los siguientes pasos.

En septiembre de 2018, di fin a mis estudios del diplomado. En el tiempo que he aplicado estas técnicas he tenido hermosos resultados con diversas personas. Hasta el momento se han acercado más mujeres en diferentes etapas de su vida. Algunas que atraviesan momentos de separación con sus parejas, otras en un momento en que se han jubilado y desean retomar las cosas que las hacen felices y reinventarse. Algunas otras que han vivido distintas formas de pérdida y duelo.

Estoy muy contenta del camino avanzado y estoy cada vez más convencida de que el trabajo con el sonido es sumamente sanador, sutil pero muy profundo.

Vibremos en estados de mayor equilibrio, paz y bienestar es mi mayor deseo.

Si quieres descubrir más sobre este vasto universo de las vibraciones, déjanos tus datos en la cajita de los comentario contáctame por mis redes sociales.